LAS DOS ORILLAS. Hoy vi a la muerte caminar
Hoy vi a la muerte caminar, elevada entre nubes fastuosas, desafiando al tímido sol invernal, en la misma acera por la que andaba. Llevaba el pelo rubio, con algunas mechas, una piel lisa y muy humectada, unos labios inflamados, que no carnosos, y miles de cicatrices ocultas en las costuras de la piel y seguramente que en el alma. Llevaba pantalones vaqueros, de los ajustados, un cinturón con sonajeros que creaban una música sorda al pasar. Llevaba un cuerpo de mujer ya mustio, izado, sin embargo, con el puro empuje de una coquetería altanera que parecía ostentar su inmortalidad.
Carmela, Rosa, Amparo, Filomena, Claudia…la muerte llevaba nombre de mujer y exorbitantes facturas de cirujanos. Pero aleteaba, allí dentro, un ser atrapado en la negación, un abismo, un fracaso ahogado con vasos de coñac. En sus ojos la derrota se filtraba con lacerante debilidad. La muerte traía unos ojos viejos, cansados, estériles, el único rastro de humanidad. Pasó por mi vera contoneando unas caderas inexistentes, ante la mirada extrañada de hombres confundidos que no sabían que decir ante el triste ofrecimiento de una pobre mujer negada a envejecer.
1 comentario
manuel mora serrano -
Se sostiene que las ciguapas tienen su origen en las razas taína y africana, los indígenas y los negros que acompañaron a Enriquillo en su alzamiento y que se negaron a entregarse a Carlos V. Por lo menos en el Sur de República Dominicana las llaman Biemvienes y en Haití Vienvienes o "Vianvian" y dicen que son seres salvajes que no hablan y que andan cubiertos de pelos.
En la literatura dominicana es un personaje muy querido y novelado, aunque apenas en la pintura se ha popularizado desde que Jaime Colson en los años veinte del sigl pasado pinto un Ciguapal.
Por lo demás, además del feliz nombre del blog, felicitamos a Cecilia Ramis por su audancia y le deseamos el mayor éxito del mundo Correremos la voz para que otros se suscriban a esta bitácora.
Manuel Mora Serrano, Santo Domingo, febrero 7 del 2005.